lunes, 6 de julio de 2009

A escondidas, una confesión de Rodrigo Malca


Sábado en la noche. Estamos esperándolo mientras contemplo a la gente pasar en esta conocida cuadra de la ciudad. Bueno no sólo contemplando sino contemplado, puesto que podrían decir que soy el nuevo portero del restaurant Mochica ubicado en el 462 de la calle Bolívar. No estoy vestido para la ocasión, lo más seguro es que me echen si me ven en estas fachas.

Por fin llega, un hombre llamativamente colorado de baja estatura y muy rechoncho, parece una pelotita roja. Su chaleco celeste y su camisa manga larga de colores psicodélicos lo envolvían bajo un manto de sencillez que, al menos, no acostumbro percibir cuando de cantante de música criolla se trata. VER MAS...

No hay comentarios:

Publicar un comentario